En esta entrada voy a tratar a la española Deoleo. Esta multinacional, es el grupo más grande del sector del aceite de Oliva, y propietaria de enseñas como Bertolli, marca de aceite número uno del mundo, Carapelli, Carbonell, Hojiblanca, o Koipe, entre otras muchas. Sin embargo, su situación financiera es bastante delicada.

Tras varios movimientos de capital desaparecieron los antiguos accionistas, aunque esto no supuso el final de los problemas, que han sido muy graves, como causa de disolución de la sociedad en el ejercicio 2018, aunque finalmente no se disolviese.
En el mes de septiembre, los actuales accionistas de Deoleo han tenido que desembolsar 50 millones de Euros, y además vieron reducida su participación al 51%. Entre estos accionistas, destacan el fondo de inversión británico CVC (56,4%), y varían entidades bancarias como la Fundación Bancaria Unicaja (8,98%), CaixaBank (4,99%) y Kutxabank (4,84%).
El 49% restante de la sociedad será, para varios de sus principales acreedores, transformando parte de la deuda que mantiene la compañía con ellos, en acciones. Estos acreedores dejaran de cobrar casi 283 millones de euros, en deudas que mantienen con ellos, y pasan a formar parte del accionariado de la sociedad.
Se trata de una empresa, en la que hasta el año 2015, era líder en cuota de mercado en EEUU (15,85%), seguido por la italiana Berio (11,75%). Sin embargo, la situación cambió radicalmente con la entrada en el mapa de Dcoop. Esta cooperativa de Antequera, firmaba un acuerdo con Pompeian, entrando como marca blanca, provocando que las ventas de Deoleo se desplomasen en este mercado.
En Estados Unidos se encontraban con una situación parecida a la que habían encontrado en el viejo continente. El aprovisionamiento estaba siendo muy caro, debido al alto precio del aceite de oliva, pero esta subida no la podían repercutir al cliente, ya que estos huirían a la marca blanca o a cooperativas (en el caso europeo) con menores gastos fijos, y por lo tanto, mayor capacidad de maniobra. Como resultado, margenes famélicos también en el mercado americano.
La empresa se agarra a que los precios del aceite bajen, y de momento en 2019, el aceite virgen extra lo ha hecho en un 17%. A pesar de esto, las ventas en el primer semestre del año han bajado un 17%, descendiendo desde los 304M hasta los 260M del presente ejercicio. Este dato queda camuflado en el resultado, gracias al menor coste del aceite de oliva en el año 2019. Así, los gastos de aprovisionamiento descendieron en los seis primeros meses de 2019, pasando de unos gastos de 234M en 2018, hasta 187M del presente ejercicio. Supone una bajada del 25%.
En todo caso, la compañía tiene excesiva dependencia a que el precio del aceite sea bajo. Para ello dependen casi en exclusiva de la meteorologia. Mientras más llueva, más aceitunas, y por lo tanto, mayor será la cantidad de kilos de aceite producido. Si hay mucho aceite, el precio baja y la estructura de costes altos que tiene la compañia, si sería viable. Vaya, que la subsistencia de la compañía depende del agua, y esto es un indicador de que no se está llendo por el camino adecuado. Deberían de ser lo menos dependientes posibles de las oscilaciones del mercado.
La empresa por cierto, tiene un Ebitda negativo -4M (beneficios antes de intereses, impuestos, y amortizaciones), pero lo que realmente arruina las cuentas, son las deudas que tiene. Los intereses que tiene que pagar ascienden a -16M. Los números hasta junio del presente año son horribles, incurriendo en 12M de perdidas.
Cambiando de tema, algunos datos facilitados por la compañía son bastantes desconcertantes. A pesar de que la compañía va muy mal, han aumentado la plantilla de 574 a 646 personas en el último año, algo ilógico.
Para echar más leña al fuego, la agencia de calificación S&P, ha vuelto a rebajar su calificación crediticia hasta el nivel "CC". Sin duda un obstáculo más, para que esta empresa pueda sobrevivir.
Todos los accionistas tienen algo en común. Ninguno sabe cómo desarrollar un negocio agroindustrial como este, y desde mi punto de vista, están dando palos de ciego. Estoy convencido de que esta empresa acabará vendiendo alguna de sus marcas, a otros actores del sector y acabará desapareciendo.
Alejandro Sánchez de Ibargüen
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