Si en mi anterior entrada hacía referencia a la problemática situación que estaba experimentando el viejo continente, en esta voy a hacerlo de Estados Unidos y el problema con el que se encuentra actualmente y no es otro que el conocido "precipicio fiscal".

Primero empecemos analizando que es exactamente lo que ocurre. Estados Unidos tiene un problema de deuda pública importante, ya que ésta alcanza los 12 billones de dólares, en torno al 80% de su PIB (porcentajes similares a los de la deuda pública de España, que ronda los 800.000 millones de euros). La diferencia entre EEUU y España es que el primero es la principal economía del mundo y ha tenido acceso ilimitado a los mercados de capitales para financiar su deuda a precios irrisorios. España en cambio tiene muchísimo menos peso en la economía mundial y está viendo como su acceso a los mercados se está produciendo gracias a los altos tipos de interés que está pagando.
Además, Estados unidos tenía hace cuatro años, menos de la mitad de deuda pública que en la actualidad, unos cinco billones de dólares. Las previsiones apuntan a que de seguir el ritmo de endeudamiento esta cifra podría superar el 100% del PIB. Esto que significa que empezará a vivir problemas parecidos a los que se ha visto inmersos nuestro país, con todo lo que ello puede suponer para el resto de la economía mundial.
Para solucionar esta situación, hace dos años(2011), el Legislativo americano tomó medidas enfocadas a un plan de consolidación fiscal a largo plazo, es decir la reducción sistemática del gasto público. Estas medidas entrarían en vigor en Enero de 2013 si no se llegaba a un acuerdo antes. Una vez llegada esta fecha se dio una prórroga hasta Febrero donde finalmente no se llegó al esperado acuerdo y por lo tanto han entrado en vigor.
Además el 1 de enero de 2013 era la fecha en que expiraban la exención de impuestos para las clases media y bajas del país, aprobados en su día por George W. Bush y renovados por Obama en su primer mandato. Aquí sin embargo sí que se llegó a un acuerdo a cambio de un incremento de los impuestos a las familias con mayores ingresos.
Estos dos factores, provocarán la mayor subida de impuestos experimentada por ningún país, y que podría ascender, a unos 600.000 millones de dólares, o lo que es lo mismo, el 5% del PIB de Estados Unidos. Ello significará la reducción automática de la renta per capita de 2.000 dólares para cada estadounidense. Según las primeras estimaciones, esto podría provocar la desaparición de más de un millón de puestos de trabajo y una contracción del PIB del 3%.
En resumen EE.UU se va a encontrar en una situación muy parecida a la que se encuentra Europa actualmente y más concretamente España, donde ya podemos ver los grandes problemas que suponen la reducción del gasto y el incremento de los impuestos, que entre otros factores provocan un incremento del paro, si bien es cierto que la prima de riesgo consigue controlarse más. Como ya he comentado en anteriores entradas no creo que está sea la mejor solución.
Alejandro Sanchez de Ibargüen
No hay comentarios:
Publicar un comentario