En una publicación anterior, examinamos cómo el sector bancario está experimentando cambios significativos, poniendo en riesgo el sistema tradicional. A pesar de esto, la banca convencional aún controla una parte sustancial del negocio: los pagos internacionales. Sin embargo, estas ganancias, antes aseguradas, ahora enfrentan incertidumbres.
Históricamente, el sistema bancario ha experimentado una competencia intensa, aunque algo más relajada después de las numerosas fusiones y adquisiciones posteriores a la crisis del ladrillo. Sin embargo, esa era tranquila quedó atrás con la irrupción de las FinTech. Estos nuevos jugadores y sus innovadoras tecnologías están incursionando en un territorio que antes parecía exclusivo: los pagos internacionales, un mercado potencialmente lucrativo.
¿Cuánto dinero está en juego? Según estimaciones de Citi, el pastel completo supera los 200.000 millones de dólares, y se proyecta que los flujos alcancen los 250.000 millones de dólares en 2027. Como es de esperar, donde hay dinero, la competencia se intensifica.
La entrada de las FinTech ha llevado a que más del 40% de los bancos tradicionales pierdan al menos un 5% de su cuota de mercado. Pero esto no es el final de sus desafíos, de hecho, apenas están comenzando. Según un estudio de Citi, se espera que los bancos tradicionales pierdan otro 5% de su cuota a favor de las FinTech en los próximos 5-10 años.
En el ámbito de los pagos transfronterizos, los datos son contundentes. Entre 2014 y 2021, la cuota de mercado de las entidades no bancarias aumentó del 5% al 12%, y se espera que crezca hasta el 17% en 2024. Esta cuota crece cada vez más y en menos tiempo.
¿Por qué las FinTech logran ganar clientes tan rápidamente? La respuesta es simple: resuelven problemas, reducen los precios, son ágiles, ofrecen una amplia gama de productos, son cómodos, minimizan las intervenciones manuales y han digitalizado los procesos.
Y ¿Cómo lo logran? Al ser estructuras más ágiles y enfocarse en la experiencia del cliente, tienden a ser más rápidos en la comercialización de nuevos lanzamientos y ofrecen productos más fluidos. Esto ha llevado a que cada vez más clientes cambien a las FinTech para satisfacer necesidades específicas.
Las entidades financieras deben concentrarse en abordar estos puntos débiles. Para enfrentarse a las mayores demandas de sus clientes, los bancos tradicionales necesitan un socio capaz de hacerlos evolucionar, incluyendo productos como los pagos inmediatos (IP) o monederos digitales.
Alejandro Sanchez de Ibargüen
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