Hace cierto tiempo, publicaba un post donde advertía sobre el problema de la deuda soberana, y como ésta era dopada por las instituciones europeas, más concretamente por parte del banco central europeo. Sin embargo, los países no son los únicos que están siendo dopados.
Entre las empresas españolas que se han financiado gracias al BCE destacan: Telefónica, DIA (ojo es una empresa con graves problemas económicos), Repsol, Merlin Properties , Redexis Gas, Red Eléctrica, , Madrileña Red de Gas, Cellnex, Iberdrola, Gas Natural, Enagás, Ferrovial, DIA, Mapfre, Amadeus o Abertis.
Que existan países que, gracias al BCE, tengan rentabilidades negativas sorprende, pero resulta increíble que existan empresas privadas a las que se hay pagado por sus bonos corporativos. Entre ellas podríamos destacar: Smurfit Kappa, Becton Dickinson o Nokia.
Vamos a centrarnos en el caso de la multinacional finesa. Nokia tiene un bono que vence en 2021, cuya rentabilidad ha llegado a ser del -0,074%. Esto significa que por cada 1000€ de estos activos tóxicos, deberíamos de pagar a Nokia unos 0,74€ al año por financiarle la deuda. La cantidad es irrisoria, pero estoy arriesgando mis ahorros por una empresa que tiene graves problemas de supervivencia.Nokia perdió en el ejercicio 2020 2.431 millones de euros, frente a los 7 millones de ganancias del ejercicio anterior. Es cierto, que gran parte de las perdidas son debidas a ajustes fiscales, pero estoy seguro de que no dormirían tranquilos si tuvieran sus ahorros en esta empresa, y encima sin recbir rentabilidad alguna por sus ahorrros.
Como comprenderán, es absurdo. En lugar de que la compañía me vayan pagando intereses, tengo que pagarles yo a parte esa prima. ¿Quiénes son los locos que hacen estas operaciones? Inversores que, en el mercado secundario, esperan que las rentabilidades se vuelvan aún más negativas.
La única situación, en la que tiene algo de sentido, que alguien compre deuda con rentabilidades negativas es que espera que los intereses aún bajen más.
Los bancos centrales están interviniendo la economía y dirigiéndola hacia donde consideran. Se trata de lo opuesto a la libertad, y va contra la soberanía del ahorrador.
Ahora que la burbuja de los bonos parece haber llegado a su fin, el dinero sale a buscar la rentabilidad en la renta variable, donde tenemos a la mayoría de los índices en máximos históricos. Para que después algunos aun defiendan queno hay inflación.
Alejandro Sánchez de Ibargüen