jueves, 25 de marzo de 2021

La rentabilidad de lo absurdo. Nokia

Hace cierto tiempo, publicaba un post donde advertía sobre el problema de la deuda soberana, y como ésta era dopada por las instituciones europeas, más concretamente por parte del banco central europeo. Sin embargo, los países no son los únicos que están siendo dopados.

Entre las empresas españolas que se han financiado gracias al BCE destacan: Telefónica, DIA (ojo es una empresa con graves problemas económicos), Repsol, Merlin Properties , Redexis Gas, Red Eléctrica, , Madrileña Red de Gas, Cellnex, Iberdrola, Gas Natural,  Enagás, Ferrovial, DIA, Mapfre, Amadeus o Abertis.

Que existan países que, gracias al BCE, tengan rentabilidades negativas sorprende, pero resulta increíble que existan empresas privadas a las que se hay pagado por sus bonos corporativos. Entre ellas podríamos destacar: Smurfit Kappa, Becton Dickinson o Nokia.

 

Vamos a centrarnos en el caso de la multinacional finesa. Nokia tiene un bono que vence en 2021, cuya rentabilidad ha llegado a ser del -0,074%. Esto significa que por cada 1000€ de estos activos tóxicos, deberíamos de pagar a Nokia unos 0,74€ al año por financiarle la deuda. La cantidad es irrisoria, pero estoy arriesgando mis ahorros por una empresa que tiene graves problemas de supervivencia.


Nokia perdió en el ejercicio 2020 2.431 millones de euros, frente a los 7 millones de ganancias del ejercicio anterior. Es cierto, que gran parte de las perdidas son debidas a ajustes fiscales, pero estoy seguro de que no dormirían tranquilos si tuvieran sus ahorros en esta empresa, y encima sin recbir rentabilidad alguna por sus ahorrros.

Como comprenderán, es absurdo. En lugar de que la compañía me vayan pagando intereses, tengo que pagarles yo a parte esa prima. ¿Quiénes son los locos que hacen estas operaciones? Inversores que, en el mercado secundario, esperan que las rentabilidades se vuelvan aún más negativas.

La única situación, en la que tiene algo de sentido, que alguien compre deuda con rentabilidades negativas es que espera que los intereses aún bajen más. 

Los bancos centrales están interviniendo la economía y dirigiéndola hacia donde consideran. Se trata de lo opuesto a la libertad, y va contra la soberanía del ahorrador.

Ahora que la burbuja de los bonos parece haber llegado a su fin, el dinero sale a buscar la rentabilidad en la renta variable, donde tenemos a la mayoría de los índices en máximos históricos. Para que después algunos aun defiendan queno hay inflación.

 

Alejandro Sánchez de Ibargüen

jueves, 18 de marzo de 2021

Parmalat, una estafa láctea


Parmalat fue durante los años noventa, la octava empresa más grande de Italia y la primera en el sector alimentario, y más de 35.000 trabajadores. Esta empresa estaba especializada en productos lácteos y derivados del mismo. Sus artículos eran consumidos en más de 30 países, principalmente en Europa y América Latina.

Los más futboleros recordaran al Parma, equipo que fue muchos años patrocinado por esta empresa. Un equipo en cuyos años gloriosos, y gracias al patrocinio de esta empresa, que regó al club con ingentes cantidades de dinero, consiguió ganar varias copas de Italia, y dos copas de la UEFA. Algunos de los jugadores que jugaron con su camiseta fueron Stoichkov o Crespo. Este equipo acabaría desapareciendo, si bien hoy sigue existiendo tras una refundación.

Volvamos a Parmalat. La empresa desde finales de los años 80 no paró de comprar empresas y aumentar sus beneficios. Sin embargo, no era oro todo lo que relucía. La empresa había estado falsificando las cuentas, ocultando más de 4.000 millones de Euros, utilizando empresas constituidas en paraísos fiscales para registrar activos que no existían, y así incrementar el patrimonio de la empresa. Todo con el beneplácito de dos empresas auditoras: Deloitte y Grant Thornton.

Según los dirigentes de Parmalat, la única solución que encontraron para que la empresa siguiera en funcionamiento, y no perjudicar ni a empleados ni a proveedores, era la de expandirse, y para ello necesitaban financiación.Por supuesto, esta financiación nunca sería recibida, si salía a la luz los verdaderos números de la empresa. Según ellos, estaban convencidos de revertir los problemas financieros de la empresa a corto plazo. El problema fue que muchas de estas adquisiciones solo contribuyeron a deteriorar más las cuentas de la compañía.

A principios de los años 2.000, el director financiero de Parmalat, sorprendió a los mercados al emitir bonos de la compañía por valor de 500 millones de Euros. Si la empresa tenía supuestamente liquidez según las cuenas preentadas, ¿Para qué necesitaban dinero? Se abrió la caja de Pandora. En solo unas horas el valor de la acción se deterioró cerca de un 70%. Este fue el pistoletazo de salida a un derrumbe sin precedentes por el tamaño de la quiebra, no solo en Italia, sino de toda Europa, por el tamaño de la empresa,

Muchos inversores corrientes, perdieron los ahorros de toda su vida. La compañía no obstante, acabó sobreviviendo gracias a la intervención del Estado italiano, y en 2005 volvió a cotizar en la Bolsa de Milán, donde actualmente cotiza. La empresa fue comprada en el año 2011, por la francesa Lactalis, dueña también de la granadina Puleva. 

Alejandro Sanchez de Ibargüen

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