jueves, 17 de octubre de 2019

Nunca salimos de la crisis, el problema de la deuda

En estos tiempos de turbulencia política, y en el que parece que todo el mundo ignora la que se nos avecina, me sigue molestando sobremanera escuchar que hemos salido de la crisis. No estimado lector, lejos de haber salido, le hemos dado una patada hacia adelante, y tenemos otra delante nuestra. Una crisis de deuda soberana, que parece acabará con más de un país.



Remontemonos al año 2007, y fíjense si han cambiado las cosas. España tenía un superávit fiscal del 2%, y la deuda publica había disminuido hasta el 41% del PIB. A partir de 2008, caería Lehman Brothers, desencadenando una tormenta que en España arrastraría a las profundidades a empresas constructoras, bancos y cajas de ahorros, así como miles de empresas independientes de estos sectores, pero afectados por la disminución del consumo.

A finales de aquellos años, eran las familias y las empresas las que estaban terriblemente endeudadas. Además de la burbuja inmobiliaria que estalló, se creó otra. Dado los altos ingresos que tenían las administraciones públicas, estas generaron unas estructuras enormes, tanto de empresas públicas como semi públicas. Las administraciones asumieron unos ingresos estacionales, como si fueran a ser permanentes.

Ante una bajada de ingresos, ya que se recaudaba menos, el estado tenía dos opciones. Por un lado, hacer ajustes estructurales y bajar los gastos, o aumentar los impuestos e incrementar el déficit. Esto en todo caso, ya lo explicamos en su momento.

El alto déficit en el que incurrimos provocó que la deuda se disparase hasta el 100% del PIB, un 60% de incremento en menos de una década. Sin embargo, nosotros no éramos el único que país que estaba en esta situación, y para evitar la quiebra de los países miembros de la Unión Europea, Mario Draghi, entonces presidente del Banco Central Europeo (BCE), decidió realizar a partir de octubre de 2014, la Quantitative Easing (QE).

¿Qué es la QE? Se trata de la compra de deuda publica y más tarde privada, por parte del BCE. A una media de 60.000 millones de Euros mensuales, un autentico disparate. El objetivo era y sigue siendo doble. Por un lado, aumentar el crédito en la economía real, intentando que el IPC se incremente, y por otro, permitir que los estados miembros se financien gratis.

España, lejos de aprovechar para reducir su deuda, y aprovecharse de esta situación anormal del mercado, sigue incrementándola. ¿Qué pasará cuando el Banco Central Europeo deje de tomar esta medida? En la que a todas luces ha fracasado para el plano de la economía de las familias, y obviamente si ha funcionado para los estados. Al paso que vamos no podrán hacerlo en muchos años, ya que, si retiran estos estímulos los estados completamente arruinados, caerían. Algunas pensaran que no pasa nada seguir con estas medidas. Pues miren al estado Nipón que lleva más de 30 años sumido en una profunda crisis, a la que cada vez nos acercamos más.

Hemos cambiado la deuda familiar y de empresas en los primeros años de los 2.000, por una deuda estatal y de las administraciones públicas. No se engañen, no hemos salido de ninguna crisis. Simplemente usted está endeudado hasta los ojos, aunque no haya pedido un préstamo en su vida.

Alejandro Sanchez de Ibargüen

1 comentario:

  1. Muy cierto lo que escribes, nunca salimos, y ahora vienen desgraciadamente un par o 4 de años como los iniciales 2008-2014 que pueden ser devastadores para aquellos que no adecuen su estructura (empresas y estado)

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