Como habréis podido leer estos días en la prensa, Trump prepara, una batería de sanciones contra productos europeos. Los principales medios de comunicación destacan solo el aceite de oliva y productos aeronáuticos (Airbus). Sin embargo, es algo más complejo, que afecta a bastantes más productos, y es especialmente negativo para España.
Antes de nada, hay que aclarar
que un arancel. Se trata de un impuesto que
se aplica a aquellos productos que son importados. Este tributo se aplica para
aumentar el coste del producto en el país receptor, de tal manera que se
protege el producto nacional.
En el caso que nos atañe, los aranceles
afectaran a unos 1.500 productos, sobre todo de cuatro países de la U.E: Reino Unido, Francia, Alemania y España. ¿Por
qué estos países? Son los países que fabrican el avión europeo Airbus. La excusa
para el establecimiento de estos aranceles, es la de dar facilidades en el crédito
para la fabricación de estos aviones.
¿Cuáles son estos productos?
Encontramos productos tan variopintos como el cerdo, la pasta, frutas como el
melocotón o las peras, pescados, mariscos, productos lácteos como quesos o
yogurts, cítricos como las naranjas o los limones, aceitunas de mesa, aceite de
oliva o vino. No solo son productos alimenticios, también encontramos productos
manufacturados fabricados con acero o hierro, la cerámica, o productos del
algodón, como chalecos o mantas para las camas.
Ahora la gran pregunta. Si el
problema que existe es con la fabricación del Airbus. ¿Qué tienen que ver todos
los productos incluidos en los aranceles? Es más, los aranceles son del 10%
para los componentes del avión europeo, y del 20% para el resto de los
productos. La respuesta es sencilla. Solo
es una excusa en la guerra comercial.
A España le hacen “un destrozo”
sobre todo en dos sectores: el vinícola y el aceitero. Los americanos si van a
permitir por ejemplo, la exportación del aceite de oliva o del vino, pero a
granel. Después de tantos años luchando por introducir nuestras marcas, y
vender con valor añadido… En el sector olivarero, el gran beneficiado será
Italia, y en menor medida Portugal, que si podrán exportar estos productos
envasados.
Como habrán visto, la mayoría de los productos son
agrícolas. La administración americana ya se ha quejado en alguna ocasión de la
ayuda que reciben los agricultores europeos en términos de PAC. Sin embargo,
pongamos todas las cartas sobre la mesa. Hasta ahora, se estaba permitiendo de
manera laxa la entrada de productos transgénicos, donde el 65% proviene de EE.UU.
En España no se pueden producir
estos productos, pero sin embargo si lo podemos traer en muchos casos de un
tercer país. Otro tema serían los productos fitosanitarios completamente prohibidos
aquí, pero no en otros países productores.
Pongamos números. Se estima que
el daño económico al vino se situará en torno a los 400 millones de euros, 300
millones en el sector del aceite de oliva, unido a los 180 millones de las
aceitunas de mesa, y otros 87 millones en productos lácteos, sobre todo quesos.
Si nos van a poner aranceles a
nuestros productos, hagamos nosotros lo mismo. No confío nada en nuestros
dirigentes, pero espero que esta vez no se dejen pisotear. Estamos hablando de
un impacto negativo de al menos 1.000 millones de Euros en España. Creo que nos
acercamos a un cambio de la economía, volviendo a épocas más proteccionistas,
aunque esto lo dejare para otro artículo.
Os animo a que os suscribais al blog, si queréis saber más sobre este tema.
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Alejandro Sanchez de Ibargüen
Estimado Sr.Sanchez Ibarguen,
ResponderEliminarTras haber leído su artículo de nuevo estoy de acuerdo con usted. La pregunta del millón sería, ¿Que es mejor la globalización o el proteccionismo? Desde luego todo tiene su parte buena y mala.
Un saludo,
MRV
Hola MRV, pues como bien dices, tiene su partr buena y mala, aunque me estoy alineando cada vez más hacia posiciones más proteccionistas. Espero escribir pronto un artículo sobre ello.
ResponderEliminarUn saludo