Para empezar, me gustaría señalar que hemos sufrido una caída del 18% del PIB, en el segundo trimestre del 2020, según el INE, muy lejos del 10% que afirmaban desde el gobierno. Si desestacionalizamos el dato, es aún peor, la caída trimestral fue del 55,8%, una de las más altas del mundo, y la mayor de Europa. La paralización de la economía supuso una caída de las horas trabajadas del 25%, o lo que es lo mismo. uno de cada 4 trabajadores no trabajó.El problema de la recuperación que se ha dado, es que la tasa de recuperación ha sido muy leve, con lo que realmente necesitaríamos. Si desestacionalizamos el dato, solo hemos recuperado el 17% de los trabajos perdidos, por la crisis del COVID.
Otro dato que podría ser positivo es el de los ERTEs, ya que hemos pasado de tener unos 3 millones de personas acogidas a este sistema implantado por el anterior gobierno, a solo 1M. ¿Cuál es el problema? Que este dato parece no bajar más. La razón, es que hay un sector turístico muy importante, que, a pesar de encontrarnos en estas fechas, no parece recuperarse, y lo que es peor aún, no parece que lo vaya a hacer.
Siguiendo con el tema de los ERTEs, después de que hayamos pedido a Europa 20.000 millones de Euros, para el pago de los mismos, habría que plantearse si realmente siguen teniendo eficacia. Además después del desastre en términos de rescate que el presidente Pedro Sanchez ha conseguido de Europa, aunque hay quien le aplaude (la desinformación), no estamos para ir derrochando los pocos euros que nos quedan.
De igual modo, veo las terrazas de mi ciudad, como nunca las había visto a estas alturas de mes, en este caso repletas. Indudablemente, mucha gente no va a veranear, ya sea por miedo a posibles contagios (mención aparte al alarmismo creado por los medios de comunicación y nuestro gobierno), o por temas económicos. Y es que, hay quien ya empieza a ahorrar, sabiendo la que se avecina.
Las estimaciones ahora mismo de las principales organizaciones del mundo, señalan que España puede retomar los niveles precrisis para el año 2023. Olvídense ya de aquello de recuperación en V. Una autentica utopía. No me gusta ser agorero, pero este dato será bastante peor, si nos vuelven a confinar en este invierno (como muchos nos tememos). En dicho caso, la recuperación no tendría lugar hasta el año 2025, momento en que recuperaríamos la normalidad.
Para terminar, algo que me irrita enormemente, la expresión "nueva normalidad", que nos venden desde medios de comunicación cuyas informaciones parecen cada vez más cuestionables. Como suelo comentar con mis conocidos, si es algo nuevo, no puede ser lo normal.
Alejandro Sánchez de Ibargüen