jueves, 8 de abril de 2021

Aprendiendo de la historia

Siguiendo con el hilo que trataba sobre la hiperinflación, voy a explicar en las siguientes líneas sobre un hecho histórico ocurrido tras la primera guerra mundial, durante la República de Weimar, que marcó no solo la historia de Alemania, sino también la de todo el mundo, por las consecuencias indirectas que trajo.

Durante la llamada gran guerra, se produjo un incremento súbito de los gastos del Estado, hecho que ocurre siempre que se produce una guerra. Si a esto sumamos que gran parte de los ingresos dependen de los ciudadanos que trabajan, y estos se encuentran en una batalla, en lugar de produciendo, los ingresos también se reducen inexorablemente. Parece bastante parecido a lo que estamos viviendo ahora ¿Verdad?. Debido a la reducción de la recaudación impositiva, Alemania tuvo que endeudarse masivamente, para pagar el enorme gasto originado.

A pesar del aumento de la presión fiscal sobre la actividad privada, Alemania no consiguió financiar el gran déficit que estaba ocasionando el conflicto bélico, por lo que Alemania para financiarse, y ante la imposibilidad de endeudarse con países externos, obviando a Suiza y Suecia, se vio obligada a emitir moneda. 

Para ello fue necesario la eliminación del patrón oro, qué limitaba la cantidad de monedas que un país podía emitir. Gracias a esta medida, el Gobierno alemán podía emitir dinero sin límite.

Debido a esta medida, los precios comenzaron a subir, y el Gobierno empezó a controlar los precios, para impedir que estos se descontrolaran. Sin embargo, comenzaron a surgir mercados negros y muchos productos ya no podían ser adquiridos en los mercados oficiales.

Una vez que termina la guerra, las finanzas de Alemania mostraban grandes desequilibrios. A los grandes gastos propios de la guerra, había que sumar los gastos de reconstrucción que asumieron tras el acuerdo de Versalles, y a la disminución de la recaudación vía impuestos.

En 1922, el gobierno solo era capaz de cubrir con sus ingresos en torno al 10% de sus gastos. Por ello,  estuvieron obligados a seguir emitiendo más papel moneda (1.411% en el primer semestre de dicho año), y con ello consiguieron que los precios aumentaran a un ritmo mensual cercano al 70%.


En 1923 todo se agrava. En junio la oferta monetaria aumentó un 104%, en julio del 167%, en agosto el 1656% llegando al máximo en octubre con un 14.113%. Como consecuencia, los precios también aumentaron un 137% en junio, un 286% en julio y hasta un 29.525% en octubre.

En ese momento, los precios cambiaban cada hora, y los salarios perdían su valor en cuanto eran cobrados. Todos los días iban camiones repletos de billetes a las principales fábricas, simplemente para pagar el salario de un día. En septiembre de 1923 entraron en circulación billetes de 1000 millones de Marcos y sólo dos meses después, billetes de 100 billones de Marcos. Un dato, en 1914 antes de la guerra, un marco se cambiaba por 4,5$.

Está inestabilidad provocó qué miles de empresas cerraran, se paralizó la producción en las fábricas, miles de trabajadores se quedaron sin empleo. El paro que a principios de 1.923 superaba ligeramente el 5%, llego a diciembre de ese año al 28%.

 

Para hacer frente a esta crisis, el Gobierno tuvo que despedir a más del 25% de la administración pública. Crearon una nueva moneda, y para respaldarla hipotecó las tierras dedicadas a la actividad agropecuaria., así como el patrimonio de las empresas comerciales industriales y financieras. Dicho de otro modo, hipotecó los bienes raíces de la población.

De la experiencia alemana tras la Primera Guerra mundial, hemos aprendido que cuando el gasto público se desborda, ni la recaudación, ni el endeudamiento público son suficientes para financiarlo. Cuando se recurre a la emisión de moneda, sin reducir los problemas estructurales, el deterioro económico y social es inevitable. Todos sabemos cómo terminaron los felices años 20 en Alemania… Aprendamos del pasado, para no cometer los mismos errores en el presente.

 

Alejandro Sánchez de Ibargüen Moreno

1 comentario:

¿Exceso de stock de viviendas en Sevilla?

      En este artículo voy a jugar a ser futurólogo, aunque intentado mediante datos, defender la posición, que menciona el título, y razón ...