Desde hace ya más de diez años, el Banco Central Europeo (BCE) está tomando medidas para incrementar el consumo, y por otro lado, sanear a los bancos que venían de un Estado próximo a la quiebra, tras la crisis del 2008. O al menos esa es la teoría.
Las políticas expansivas, tenían sentido en épocas de vacas flacas, pero también se han aplicado en periodos de estabilización y de crecimiento, cuando no existían problemas de liquidez. Por lo tanto, debemos de afirmar, que no son medidas extraordinarias, ante la pandemia, ya que estas políticas ya se venían tomando.
Destacan dos medidas, por un lado, la bajada de los tipos de interés, hasta situarlo hoy en niveles de -0,5%. Por otro, compras masivas de deuda tanto a los estados, como a grandes corporaciones privadas. En España, por ejemplo, Telefónica ha sido una de las privilegiadas. Con estas medidas intentaban incrementar la inflación.
Con estas compras masivas por parte del BCE, incrementadas por la crisis del COVID, ha ayudado a los Estados a adquirir unos niveles de deuda masivas, pagando unos tipos cercanos al 0%, e incluso negativo los bonos a 10 años en el caso de España.
Los niveles de deuda del Estado español serán superiores al 120 % sobre el PIB cuando termine el ejercicio 2020. Esto significa que, debido a la intensidad de esta crisis, mucho más profunda que la anterior, provocaría que tanto España, como otros países como nosotros, como Italia, quebrarían de manera irremediable, ya que los intereses que tendrían que pagar por sus emisiones de deuda serían monstruosos.
Los estados se han mal acostumbrados a recibir estas compras masivas de bonos por parte del BCE. En cuanto éstas dejasen de producirse, los tipos que deberían pagar los estados por sus deudas comenzarían a crecer irremediablemente. Nuestropaís entre otros, está técnicamente quebrado. Nadie querría comprar nuestra deuda, y menos aún a los tipos de interés actuales. Os pregunto ¿alguien en su sano juicio dejaría 1000 € al Estado español si al cabo de 10 años os devolvieran 990? Esto sería en el mejor de los casos, ya que, si hubiera un default o quiebra, recibiríais cero.
El BCE parece no tener fin. Las compras de deuda soberana sin límites a unos tipos ridículos, han provocado una burbuja que tarde o temprano se pinchará. Los países de la zona euro se han mal acostumbrado, y están alcanzando cifras de endeudamiento críticas.
A todo ello hay que sumarle un programa de compra de emergencia debido a la pandemia del covid 19 incrementándose la notación hasta los 1.350 mil millones de euros.
Es entonces cuando alguno os preguntaréis bueno, ¿cuál es el problema? El problema al que nos enfrentamos a corto plazo, es que, debido a estas políticas, mal llamadas de emergencia, y al estado de endeudamiento las naciones, nos enfrentamos a una hiperinflación.
Este hecho se podría solucionar fácilmente, revertiendo las políticas actuales del BCE. Subiendo los tipos interés, y cortando la compra bonos del Estado. El problema aplicar cualquiera de estas dos políticas es que llevarían a la quiebra a grandes países, así como a muchas grandes corporaciones con deudas impagables.
Probablemente, nos encontraremos en una tesitura en la cual el BCE, deberá decidir si mantiene a los estados artificialmente, provocando una hiperinflación y arruinando a los ahorradores y asalariados, o si, por el contrario, prefiere que el euro siga siendo una moneda fuerte, pero sacrificando a los más estados más débiles y que peor han hecho los deberes.
La política monetaria expansiva no puede ser eterna, a pesar de que no exista inflación, o al menos eso indica el IPC. Sin embargo, podemos observar en los mercados como ese incremento de precios, sí que se está produciendo. Se han alcanzado máximos históricos en la criptomoneda Bitcoin, o en las bolsas de Nueva York y Fráncfort. La semana anterior, el bono español a 10 años se pagaba en negativo, y commodities como la soja o el trigo, están en máximos desde 2014. Todo ello a pesar de la crisis, y una supuesta falta de liquidez.
¿Están aplicando los bancos centrales medidas para incrementar la liquidez, cuando el problema es de solvencia? ¿Están apagando el fuego con gasolina? El riesgo al que nos enfrentamos es el de la hiperinflación: empobrecimiento y la disminución del poder adquisitivo. Una vez más, los más perjudicados serán los ahorradores.
Alejandro Sánchez de Ibargüen