jueves, 24 de mayo de 2018

Vaya con el gobierno de derechas

Me encanta este gobierno, al que muchos denominan de derechas. Si bien el término de derechas está bastante anclado en el pasado, y empieza a ser sustituido por el de liberal, creo que no podría estar más alejado de la realidad. 


En lugar de reducir gasto público, y créanme que se puede recortar mucho, sin tocar la sanidad y la enseñanza. Nuestro querido ministro socialdemócrata Montoro, grabará  un nuevo impuesto a las empresas tecnológicas por los servicios digitales de las mismas. En vez de atraer empresas de este tipo, que suelen invertir fuertes cantidades de dinero en I+D, generar valor añadido, y por supuesto crear muchos puestos de trabajo. Prefieren la  estampida de las mismas, para poder sostener durante dos o tres años algo que es insostenible: las pensiones. ¿Se hacen llamar liberales, y solo suben los impuestos?
                 
Personalmente entiendo que un  partido es liberal  si fomenta la creación de empresas, baja los impuestos, y disminuye al fin y al cabo el poder de la administración pública. El liberalismo como corriente ideológica, siempre buscará limitar el  poder del Estado, porque desconfía de su poder sobre los derechos individuales. Nuestro querido gobierno sin embargo, se ha dedicado a seguir aumentando el gasto público e incrementar el peso del estado en la economia.

Hay muchos que defienden la actuación del gobierno en sus primeros años, ya que estaba acorralado por la deuda y solo podía subir los impuestos, aun a costa de sacrificar el consumo interno. Ya saben, si una familia paga más impuestos, tiene menos dinero disponible para gastar, por lo que no comprara ciertos bienes que si lo haría con esa renta. Esto provocaría a la postre, un estancamiento del conjunto de la sociedad española, al derrumbarse el consumo interno.

Compremos  no obstante “la moto” del gobierno, y aceptamos que ante la situación desesperada, la única salida era subir los impuestos. Pero los señores de derechas,  no solo los subieron, sino que supuso la subida de impuestos directos e indirectos más grandes en la historia de nuestro país.

Pero es que  su afán recaudador parece no tener fin. Se podría haber aprovechado la coyuntura económica para reducir duplicidades y triplicidades del sector público, eliminar empresas públicas que no generan ningún valor añadido a la sociedad, y reducir al fin al cabo el número de bocas agradecidas de TODOS los partidos políticos. No actuaron como el gobierno liberal que se les presupone, bajando los impuestos, sino como autenticos socialdemócratas, término por cierto que le gusta acuñar al PSOE. 

Este gobierno socialista, debería de empezar a preocuparse por respetar las libertades individuales y empresariales. Con este tipo de políticas y leyes cambiantes, no hacen otra cosa sino crear inseguridad jurídica y general pobreza a medio plazo. Empiecen a legislar de manera coherente, aunque viendo los resultados, casi mejor que no hagan nada, porque si lo hacen será para subirnos de nuevo los impuestos. La pregunta que me hago es ¿Cuando me tocara a mí?

Alejandro Sánchez de Ibargüen 

viernes, 18 de mayo de 2018

Pablito el progre



Estamos ante un nuevo caso de la realidad progresista en España. Un nuevo caso, en el que un “progre” llega al poder (gracias a dios solo un poco), y se olvida de todo lo que vendió durante su carrera política para llegar al poder. Esos ricachones con sus enormes casas eran el enemigo. Ahora que eres tú uno de ellos, intentas tirar balones fuera para  poder seguir viviendo del cuento, mientras algunos de tus simpatizantes empiezan a dudar de tus ideales, si es que verdaderamente los tienes.

No sé cómo se escandalizan sus votantes, porque Pablo Iglesias se haya comprado un chalet de lujo de 600.000 Euros,  lejos de los barrios populares de Madrid, y sin acceso a transportes públicos para poder convivir con el pueblo llano. No se equivoquen, los mandatarios socialdemócratas, buscaran siempre vivir como reyes, mientras que sus subordinados  viven como ratas, mientras estos aún confían que su desgracia cambie, gracias a la acción de sus dirigentes.

Estos  progresistas, defienden ideas involucionadas y arcaicas del siglo XIX, y más que comprobadas que fallidas. Cada vez que falla un paraíso socialista, el problema era de los dirigentes. “No fuimos nosotros quienes gobernamos”.  

Los encantadores de serpientes como Pablito, siempre hacen lo mismo. Explotan la ignorancia de las personas más desfavorecidas (en la mayoría de los casos), con mentiras disfrazadas y medias verdades. Buscan una diana en la que focalizar la rabia de un pueblo: partidos políticos, ricos y  bancos. Ellos son la raíz de todos vuestros problemas. 

Es necesario que la población esté pasando por dificultades, y mientras peor estén las cosas mejor les irán a ellos. Regalaran el oído con promesas de cambios y gritos de libertad. Hasta que llegan al poder. Y cuando llegan, ya saben…

La libertad de la que tanto hablan, no es sino propaganda socialista. Se trata realmente de un camino de esclavitud y desigualdad. Desigualdad entre las elites políticas del partido, como Pablito, Maduro, Castro y un largo etc, y el resto de la sociedad que dominan.
  
Se trata de un igualitarismo destructor. No quiere que haya progreso. No importa que los ricos seas menos ricos y los pobres más pobres. Lo importante es que yo esté en el poder, mientras busco una nueva fuente de problemas. El problema sin embargo creo que sabeis cuál es, y no es otro que vosotros: “progresistas/socialistas”.

Alejandro Sánchez de Ibargüen 

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