martes, 20 de junio de 2017

Banco Popular - La trama



En primer lugar, y antes de empezar con este segundo capítulo, en el que voy a describir cómo se derrumbó el Banco Popular, que presumía ser el que tenía mayor musculo financiero en España, quería agradeceros las buenas criticas sobre el anterior artículo, en el cual introducía a los actores más importantes de este suceso.


Sin más dilación remontémonos al año 2006, año en el que Angel Ron accede a la presidencia del popular, tras la muerte Luis Valls Taberner. Como otros muchos empresarios y bancos, se quiere subir al carro del pelotazo inmobiliario. Sin embargo, lo hace tarde y mal. Entra en la última parte de la famosa burbuja inmobiliaria, concediendo préstamos a promotoras, para que construyeran casas a un ritmo endiablado, y ofrececiendo créditos hipotecarios con pocas garantías por parte de los clientes.


En un solo año se empiezan a ver los desastrosos resultados. El ratio de morosidad se disparó del 0,83% en 2007 al 2,80% de 2008, pasando al 5,27% en 2010 y finalmente al 8,32% en el año 2012. La gestión no podía ser peor… o sí, como veremos a continuación. Cuando comenzó la crisis, el banco se encontró con que las promotoras a las que había estado prestando, quebraban una tras otra, y era imposible recuperar los préstamos, por lo que se quedaba con inmuebles y sobre todo suelos  que eran difícilmente colocables.

Unos años antes,  comenzó una política de compra de bancos, empezando en el año 2004 con la compra del Banco Nacional de Crédito de Portugal, en el 2007 adquiere un pequeño banco de Florida, Total Bank y finalmente en el año 2011, la compra del Banco Pastor, siendo este último, un error que costaría muy caro a la entidad. 

La idea con la compra de Pastor, era aumentar la presencia en el mercado Español.  Angel Ron se decidió a la compra de esta entidad por 1.246 millones, debido a que pagarían por él menos de su valor contable, lo que generaría un beneficio contable de 418 millones. El problema era que la situación del banco Pastor era terriblemente mala, ya que estaba aún más expuesto a la crisis inmobiliaria que el Banco Popular, poseyendo demasiados bienes inmuebles, de los cuales muchos eran solares que realmente no valían nada, aunque si tenían valor en los libros contables.

Como muchos recordareis, en el año 2012 se produjo el rescate al sistema bancario español. Popular que necesitaba una inyección de dinero importante no acudió, y presumió de ello delante de los accionistas, como muestra de fortaleza. El banco sin embargo, necesitaba ese dinero urgentemente, debido al deterioro de los activos inmobiliario que poseía.

En septiembre del mismo año, el Consejo de Administración se reunía para analizar los test de estrés efectuados por consultores y especialistas externos, y obligaba a una difícil decisión. O acudían al mercado mediante una ampliación de capital, o perdían la independencia, ya fuese a través del gobierno o a través de una operación corporativa. Ya saben que las mentiras tienen las patas muy cortas, y solo unos meses más tarde de afirmar que el banco tenía una situación económica envidiable, se anuncia una ampliación de capital por 2.500 millones de Euros. 

Por cierto, ¿Saben cuál fue el resultado de la compra del Banco Pastor? Se pagaron más de 1.200 millones, por un banco que valía -497 millones. Un auténtico desastre y error sin paliativos, que algún consejero se atrevió  a seguir vendiendo, como gran negocio.

Pese a todos los problemas, los figuras que gobernaban el banco se negaron a enviar activos tóxicos a la Sareb (conocido como el banco malo), por el temor a ser señalados por el mercado como un banco con problemas.

Desgraciadamente para este banco, los activos tóxicos inmobiliarios, seguían ahí y seguían depreciándose. El precio que estaba pagando Popular, por querer crecer muy rápido en los años de la burbuja inmobiliaria era muy alto, y el ¿ego? de sus directivos que no pidieron ayudas cuando la necesitaban, condujo a una nueva ampliación de capital por otros 2.500 millones de Euros, a mediados del 2016.

Con una situación completamente insostenible, Ron abandonaba el barco "con la satisfacción del deber cumplido" y una indemnización de 24 millones de Euros. No entiendo como este hombre no ha sido ya denunciado e imputado.

En febrero llegaba a la presidencia Emilio Saracho, con el apoyo de la familia del mexicano Antonio del Valle, titular del 4,25 % del capital del banco. El objetivo era claro: limpiar la entidad y deshacerse de todos los activos secundarios. Sus acciones las  plasmaré en el siguiente artículo.

Un inciso antes de terminar, no quería olvidarme de la responsabilidad de los auditores, en este caso PWC. Durante los años que transcurren entre 2009-2015, firmaron que las cuentas presentadas mostraban la imagen fiel de la entidad. Visto la situación ruinosa en la que se encontraba la entidad, no lo era. En mi opinión, cuando hay tanto dinero en juego, y viendo los innumerables antecedentes, la independencia de las opiniones de los auditores queda al menos en entredicho.

Alejandro Sanchez de Ibargüen

miércoles, 14 de junio de 2017

Banco Popular - Los actores

         Debido a la magnificencia de la quiebra del Popular, y de los muchos asuntos que me gustaría tratar, voy a hacer las entradas por “capítulos”. En este primero voy a tratar los actores que han participado en esta vergüenza nacional.


Empecemos con el primer y principal culpable de haber llegado a la situación de Popular, Angel Ron. Para hacer una aproximación rápida de la buena gestión de este señor, por llamarlo de alguna manera, indicar que cuando llega a la presidencia de este banco, esta tenía una valoración bursátil de 20.000 millones de Euros.
 En este periodo le dio tiempo a realizar dos ampliaciones de 2.500 millones de Euros cada una de ellas, en los años 2.012 y  2.016. Cuando dejó la presidencia, la valoración era de 3.000 millones. Hoy el valor de este banco es cero. NO VALE NADA.

Este individuo, ha mentido descaradamente durante su mandato. Quizás las más graves fueron asegurar que el banco estaba saneado y al día siguiente anunciar una ampliación de capital,  que hundió el precio de la acción, o asegurar en su marcha, que había hecho un gran trabajo al frente de la entidad y por supuesto se puso una indemnización de 24 millones de Euros.

El substituto de Ron fue Emilio Saracho, en el cual yo tenía una gran confianza por su currículo envidiable, pero una vez más queda claro como estos personajes llegan a la cima. Cuando accede a la presidencia, después de su estelar carrera  en JP Morgan, donde alcanza la vicepresidencia europea, comienza su andadura en el Popular.

Tras unos meses para estudiar el estado real de las cuentas anuncia, la necesidad de reforzar el capital, bien mediante una ampliación de capital o una operación corporativa (es decir la compra del banco por un tercero). Eso sí, no detalla un plan de actuación y por ello las acciones caen un 17%. Un mes más tarde, anuncia un proceso de venta, y las acciones caen otro 11%. Además no da ningún tipo de explicación para tranquilizar a los inversores, que leen noticias cada vez más desalentadoras… 

Demasiados errores para alguien de su perfil, o no. Recordemos que Saracho en los años noventa, ya trabajó en el Santander, como Director General responsable de Investment Banking. Viendo el final de la película, que ya detallaremos en otro post, nos queda al menos la sospecha.

Finalmente, y la última actriz de esta trama es Patricia Botín, la Botina para los amigos. A la cual simplemente le puedo aplaudir. Se ha quedado con la sexta entidad de España por un Euro. Santander recupera la primera posición por activos en el sector bancario español. El banco de la Botina se convierte en el mayor banco por activos de España: alcanza su cuota de mercado en el segmento de Pymes del 25%, estimando una rentabilidad para el año 2020 del 13%.

Otros actores secundarios en esta historia serán: el BCE, el Banco de España, los auditores PWC y Deloitte o De Guindos. En mi próximo post trataré de cómo se fue montando la tragedia.

Alejandro Sánchez de Ibargüen

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