Son muchos los agoreros, que llevan años pregonando una crisis económica sin precedentes. En muchos casos sus análisis eran parcialmente acertados, pero no habían tenido en cuenta, el sobreendeudamiento de los países y la política monetaria expansiva (impresión masiva de billetes) que han llevado imprudentemente, las grandes economías del mundo.
Los primeros signos de la crisis, lo llevamos sufriendo desde 2022, con el incremento espectacular de la inflación, provocando una reducción considerable de nuestro poder adquisitivo. Para controlar la citada inflación, se procedieron a subir los tipos de manera vertical, y parando radicalmente las políticas monetarias expansivas. Consecuencias, un todavía menor poder adquisitivo. Había que enfriar la economía.
Gracias a los ahorros acumulados por el
confinamiento, el PIB de las economías mas importantes habían seguido subiendo, hasta ahora, y es que, el
ciudadano de a pie, ya no puede más.
Por ejemplo, en Estados Unidos, la tasa de ahorro personal disminuyó
del 3,5% en mayo al 3,4% en junio, la más baja desde diciembre de 2022. Si excluimos
el 2022, la tasa de ahorro se sitúa en su nivel más bajo desde la crisis
financiera de 2008. Los hogares americanos han agotado más de 2,3 billones de
dólares que habían ahorrado por el COVID. La deuda en tarjetas de crédito por
su parte está en prácticamente máximos histórico.
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En el sector del lujo, Louis Vuitton, quizás la
empresa más representativa, presentó una caída de beneficios del 14% hace una
semana.
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En el sector automovilístico, Tesla ofrecía unos
resultados dramáticos, una caída del 45% en sus beneficios. Por otro lado, el gigante
americano Ford, declaraba una pérdida de 1.140 millones de euros en su división
de vehículos eléctricos. Sector que se ha intentado imponer políticamente, y parece
no funcionar, pero esto seria objeto de otra entrada.
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En el área de restauración no van mejor la cosas.
Starbucks informaba de que las ventas globales en tiendas comparables
disminuyeron un 3%. , la gran M amarilla, McDonald’s, por supuesto parte, cerraba
el semestre con un retroceso de cerca del 4% en sus beneficios.
- Las tecnológicas, que habían visto como sus cotizaciones se disparaban por las grandes posibilidades que parecía ofrecer la IA, han visto como las acciones se desplomaban, al no cumplirse las expectativas. La empresa más grande del mundo Microsoft se dejaba en el parqué, un 6% tras presentar unos resultados decepcionantes. Nvidia, la segunda empresa más importante, ha bajado cerca de un 25% en el mes de julio.
Aún no he terminado. Hay varios indicadores que nos indican, que las vacas flacas están a la vuelta de la esquina. ¿A que indicadores me refiero?
Pues, por ejemplo, las ventas de viviendas existentes en EE.
UU. Se desplomaron un 5,4% intermensual en junio, la mayor caída desde
noviembre de 2022. El cierre de operaciones es el más bajo en 14 años, cuando
aún coleteaban los efectos de la crisis suprime.
En la primera economía del mundo, el precio de los vehículos usados ha
bajado cerca de un 20% desde el pico de 2021, la mayor caída en 15 años. En los
últimos 35 años, sólo hubo dos momentos en que los precios de los vehículos
usados experimentaron una caída mayor: en 2004 y 2009.
En lo que va de año, 346 grandes empresas americanas se han
declarado, la mayor cantidad desde 2010.
Como hemos visto las acciones de las grandes compañías están bajando, el precio del oro cae desde máximos, los bonos también están en caída libre,
el petróleo y el gas (y la mayoría de materias primas) bajan por la disminución de los consumos, anticipando también
una recesión.
Todavía estamos lejos de ver lo peor, ya que la crisis de deuda promete ser terrible. En todo caso, les auguro, y
espero equivocarme, un 2025 bastante movidito.
Alejandro Sánchez de Ibargüen Moreno