martes, 13 de febrero de 2024

Inversiones fraudulentas, ¿Cómo reconocerlas y evitarlas?

 ¡Rendimientos excepcionales garantizados, en un abrir y cerrar de ojos! Si alguna vez te ofrecen algo así, huye y no mires atrás. Estás a punto de ser estafado y de perder todo tu dinero. En esta vida, nadie regala nada, y mucho menos en el complicado mundo de las finanzas. Si algo suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea.

Todas las estafas, sean de la índole que sean, suelen exhibir señales de advertencia claras, que deberían alertarnos y hacernos reconsiderar la idea de invertir. Quiero destacar tres:

La rentabilidad desproporcionada es una de las primeras señales de alarma. En el ámbito financiero, la rentabilidad suele estar directamente relacionada con el riesgo. Por lo tanto, si alguien promete un rendimiento del 12% cuando el mercado ofrece solo un modesto 3%, es momento de detenerse y reflexionar. Aunque pueda parecer tentador, ese nivel de rentabilidad suele ser insostenible y, en muchos casos, oculta una trampa. Podrías terminar perdiendo todo tu dinero antes de darte cuenta.

Ante esta sospecha, algunos estafadores intentarán convencerte de que prefieren trabajar al margen del sistema bancario. Sin embargo, es importante cuestionar por qué pagar hasta tres veces más por financiamiento que podrías obtener de manera tradicional. La resistencia de los bancos a prestar ciertas sumas de dinero suele deberse a un análisis de riesgo que no puedes ignorar. Dicho de otra forma, la banca nunca le prestaría ese dinero.


La presión también es una táctica comúnmente utilizada por los estafadores. Una vez que te presentan el producto, te presionan para que tomes una decisión rápidamente, argumentando que la oferta es válida por tiempo limitado. No os dejéis llevar por esta táctica agresiva; tómate el tiempo necesario para investigar y analizar la situación.

También es crucial prestar atención a la exclusividad que prometen. Si te hacen creer que estás accediendo a algo que está fuera del alcance de la mayoría, es probable que estén tratando de inflar tu ego para que bajes la guardia.

Como bien dijo Benjamin Graham, el decano de Wall Street, las mayores pérdidas suelen venir de la mano de la compra de activos de baja calidad en tiempos de bonanza económica. Por eso es fundamental mantener la calma y la perspectiva, no dejarse llevar por la emoción y buscar siempre inversiones sólidas y fundamentadas.

Existen numerosos tipos de fraude, aunque quiero centrarme en las tres más comunes:

En los esquemas piramidales los estafadores prometen convertir una pequeña inversión en grandes ganancias en un corto período de tiempo. Sin embargo, la realidad es que los participantes solo obtienen beneficios al reclutar nuevos miembros al programa. La estructura básica de este esquema implica que los primeros inversores recluten a nuevos inversores, quienes a su vez reclutan a más personas, creando una estructura en forma de pirámide. Cada nuevo inversor debe pagar una tarifa de entrada, parte de la cual se distribuye a los inversores anteriores como ganancias. El estafador que inició el esquema se beneficia al quedarse con una parte significativa de las tarifas de entrada.

Los esquemas Ponzi son otro tipo de fraude, en el que el estafador recauda dinero de nuevos inversionistas y lo utiliza para pagar supuestos retornos a inversionistas anteriores, en lugar de invertirlo como se prometió. Al igual que los esquemas piramidales, los esquemas Ponzi dependen de un flujo constante de efectivo entrante para mantenerse a flote, es decir nuevas. Estos esquemas colapsan cuando no pueden atraer más inversores o cuando los existentes intentan retirar su dinero, especialmente en las crisis económicas.

Por último, las estafas de inversión inmobiliaria son una trampa común en la que los estafadores engañan a los posibles inversores al distorsionar el valor de la propiedad o exagerar el potencial de ganancias.

En resumen, en el mundo de las finanzas, la prudencia es la clave. Antes de dar un paso adelante, siempre es mejor detenerse, investigar y analizar todas las opciones. Recuerda, el dinero fácil y rápido rara vez es real; la verdadera riqueza se construye con paciencia, diligencia y un buen juicio financiero. No te dejes deslumbrar por las promesas vacías, y recuerda, es mejor estar seguro que arrepentido.

Alejandro Sanchez de Ibarguen

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